Vamos a hablar de la práctica sexual MÁS TABÚ del mundo, ya que las presiones tanto religiosas como sociales suelen disuadir a las parejas de permitirse experimentar esta increíble oportunidad. Estoy hablando del sexo anal. Más concretamente de los orgasmos anales.

Cuando tú y tu pareja sois capaces de superar el miedo inicial y dar el salto, descubriréis sin duda una experiencia mucho más gratificante, ya que los orgasmos anales suelen producir un estado de felicidad total; un éxtasis extremo que baña el cuerpo como una marea que llega a la orilla.

Explicaré exactamente qué es un orgasmo anal, cómo se produce a nivel anatómico y, como extra, incluiré una guía paso a paso sobre cómo llevar a tu mujer al orgasmo más intenso que haya experimentado en su vida sexual. Créeme cuando digo que este conocimiento ha cambiado mi vida, así como la de los hombres con los que ya he compartido esta información, y puedo garantizar que cuando leas este artículo, y tú y tu pareja estéis de acuerdo en probarlo, también cambiará la tuya.

¿Qué es un orgasmo anal?

Aunque las sensaciones de un orgasmo anal son distintas a las de un orgasmo vaginal o clitoriano, a nivel anatómico son muy similares. Un orgasmo anal se produce cuando un objeto introducido en el ano estimula la crura del clítoris, o las patas del clítoris, a través del fino revestimiento que separa la cavidad anal de la cavidad vaginal; lo que significa que estás presionando las mismas zonas sensibles que si la penetraras vaginalmente.

Además, la inserción anal estimula paquetes de nervios de alta densidad situados en el ano y a lo largo del revestimiento, de la misma manera que el sexo vaginal estimularía el punto G y el punto profundo. La razón por la que estos orgasmos pueden ser tan potentes, especialmente cuando se combinan con la estimulación adicional del clítoris o la vagina, es que cada uno de estos tejidos envía información sensorial al cerebro a través de un conjunto diferente de nervios; el ano está vinculado a los nervios pudendos, el recto a los nervios pélvicos y el punto G a los nervios hipogástricos.

Gracias a que estos nervios trabajan al unísono, la experiencia orgásmica es mucho más larga e intensa que cualquier otro tipo de orgasmo que pueda experimentar.

Precaución: Recuerda: no todas las mujeres estarán dispuestas a probar el sexo anal sólo porque tú lo estés. La comunicación es el aspecto más importante a la hora de aventurarse por este nuevo camino de la sexualidad. Tu pareja debe sentir un amor y una confianza totales hacia ti para que esté abierta a la idea. Si está de acuerdo, debes recordar que escucharla y respetar lo que te dice son vitales para mantener ese amor y confianza, y para mantenerla abierta a la idea de volver a intentarlo en el futuro, ya que puede que no disfrute de su primera experiencia tanto como tú esperas que lo haga.

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Psicológico:

– Sacar el tema:

Es probable que ella experimente un miedo o inquietud inicial ante la idea de que le metas algo dentro del recto si nunca lo ha hecho antes o ha tenido una experiencia negativa con una pareja anterior. Recuerda que la psicología juega un papel fundamental en el orgasmo femenino, y que es tu trabajo mantenerla relajada y guiarla durante la experiencia recordándole que respire y escuchando sus comentarios.

Ve despacio; es necesario darle tiempo para que se aclimate a la sensación de la penetración y para que el ano y el canal anal se abran a las dimensiones adecuadas para acoger el pene.

– Asegura una conexión emocional:

Al intentar el sexo anal, tu pareja se sentirá vulnerable y la posibilidad de experimentar dolor o las ligeras cantidades de dolor experimentadas las primeras veces inducirán sentimientos de estrés y malestar. Es muy posible que estas sensaciones la alejen de la experiencia y la abrumen (haciendo que no pueda alcanzar el orgasmo o que no quiera intentarlo después de la primera vez). Sé paciente y recuérdale que está segura cuando está contigo, yendo sólo hasta donde ella esté dispuesta a llegar y animándola a que te detenga si prefiere tomarse un descanso y continuar en otro momento.

– Comunícate:

La única manera de superar las fases iniciales del sexo anal es trabajar juntos la incomodidad. Dile que no se quede callada sólo porque cree que estás disfrutando y no quiere arruinar el momento; el sexo es una experiencia compartida, no un juego egoísta. Por eso, asegúrate de que es algo que ella quiere hacer y que no lo hace sólo por ti.

Técnica:

– Cada persona es diferente:

Sólo porque una vez tuviste una pareja que fue capaz de excitarse desde un determinado ángulo o posición o técnica, no debes creer que tu pareja actual será capaz de llegar al orgasmo con la misma experiencia. Cada mujer es diferente biológica y psicológicamente, y debes aprender a apelar a estas diferencias.

– Deja que ella aprenda lo que le gusta:

Indícale que empiece con su propio dedo para que se sienta libre de explorar lo que le gusta y lo que no sin la presión de tener a otra persona involucrada en su intimidad; aconséjale que pruebe a usar juguetes con ella misma si el dedo le resulta un poco extraño. Una vez que se haya descubierto a sí misma, puede invitarte a unirte mientras te guía. Recuérdale que use todo el lubricante que necesite y que no se preocupe por desperdiciar o ensuciar.

– Juegos previos:

Juega con su trasero, masajéale el culo, incluido el perineo (la zona entre la vagina y el ano), y frótale el ano para que se acostumbre a las sensaciones que va a experimentar. Considera la posibilidad de comerle el culo para relajarla y prepararla.

– Utiliza lubricante:

Piensa en la cantidad más ridícula de lubricante que hayas utilizado, y luego duplícala. Ahora añade un poco más. Su culo no se autolubrica como su vagina, y cualquier fricción causada por el condón causará dolor y posiblemente pequeños desgarros dentro del recto. Es mejor que tanto usted como su pareja estén empapados de lubricante a que se produzcan intensas cantidades de dolor, arrepentimiento y la desafortunada idea de no querer volver a intentarlo.

No utilices lubricante con un agente adormecedor; esto reducirá la posibilidad de que ella experimente un orgasmo y no le permitirá sentir que puedes estar siendo demasiado duro hasta que el adormecimiento desaparezca y ella se quede recuperándose durante el resto de la semana.

– No vayas hasta el final desde el principio:

Empieza con un dedo para abrir el ano y acostumbrarla a la sensación, luego pasa a los juguetes sexuales y, finalmente, a tu pene. Si no le gusta un dedo, probablemente no le gustará toda tu polla, y no podrá excitarse.

– Tapones para el culo:

Los tapones anales pueden usarse durante tus relaciones sexuales habituales para habituarla a las sensaciones que se derivan del sexo anal.

– Cuidado de las manos:

Asegúrate de que tus uñas están cortadas y de que tus manos no tienen la piel seca o colgando, ya que esto causará graves molestias a tu pareja.

– El sexo anal no se producirá de la noche a la mañana:

Si un pequeño tapón o un dedo le resulta incómodo, no intente practicar el sexo anal con ella. Dale todo el tiempo que necesite para acostumbrarse a las nuevas sensaciones. Evita frustrarte o tratar de apresurarla; esto sólo servirá para disuadirla de querer volver a intentarlo.

– Añade el sexo anal al final de vuestra rutina sexual habitual:

Para permitir que ella se ponga en el estado adecuado, tanto física como mentalmente, comienza tu experiencia sexual de forma normal. Deja que experimente un orgasmo vaginal (o dos) y pasa a lo más fuerte. Esto también le permitirá experimentar un orgasmo más rápido y más fuerte que antes, ya que está siendo estimulada en múltiples zonas erógenas dentro de la misma experiencia.

– No vayas hasta el final:

Es posible que no puedas llegar más allá de la mitad antes de que empiece a doler, y eso está bien. No tienes que forzar todo tu pene dentro de ella para inducirle un orgasmo. Un mete y saca rápido y superficial puede ser lo que necesitas para que se excite.

– Utiliza el clítoris:

Algunas mujeres no pueden experimentar orgasmos sólo con la penetración; otras pueden estar demasiado preocupadas para estar lo suficientemente presentes como para permitirse experimentar orgasmos. Mientras trabajas en su culo, dile que se toque a sí misma para aumentar el placer al máximo.

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Una vez que tú y tu pareja hayáis explorado la idea de la penetración anal y ella haya decidido que le gustaría entregarse a la experiencia, el siguiente paso es ponerse a trabajar. La mayoría de las parejas fracasan en esta práctica porque el hombre asume que puede simplemente quitarle la ropa, metérsela y hacer que se corra de la misma manera que lo haría si follara con ella normalmente. Si has prestado atención a lo que se ha dicho, ya deberías tener una idea de que tal vez ese no sea el camino correcto.

Afortunadamente, hemos elaborado cuidadosamente un método para que lo copies y pegues en tu vida sexual, con la esperanza de que la penetración anal (y los orgasmos subsiguientes) sean un elemento básico para ti y tu amante. Recuerda que esta es una práctica que va a requerir tiempo, paciencia y delicadeza; así que no te saltes ningún paso, ya que podría perjudicar a tu pareja (y a tu relación) y podría pasar mucho tiempo antes de que esté lista para volver a intentarlo.

Paso 0: Preparación

Lista de comprobación previa al ano:

  1. Ducha
  2. Toalla
  3. Condón
  4. Lubricante
  5. Envoltura de plástico

Antes de comenzar la experiencia, pídele a tu pareja que se duche (y acompáñala si te gusta ese tipo de juego previo). Pídele que se lave bien, especialmente alrededor y en el ano, para destruir cualquier posibilidad de contaminación fecal o de una experiencia sucia.

Cuando pases al dormitorio, asegúrate de tener lubricante, un preservativo, una toalla para colocar debajo de la cama y recoger el exceso de lubricante, y un envoltorio de plástico o un protector dental si quieres garantizar una experiencia libre de bacterias.

Paso 1: Excitarla

Como seguro que sabes, la experiencia sexual de una mujer es simultáneamente psicológica, emocional y física. Antes de dar el gran paso, utiliza los juegos previos para ayudarla a relajarse y haz que se corra una o dos veces mediante la estimulación del clítoris o la vagina.

Cuanto más experimente el orgasmo, más se relajará su cuerpo al verse superado por la liberación de energía sexual, y más fácil será penetrar su ano.

Paso 2: Juegos preliminares anales

Al igual que con la vagina, tienes que preparar su ano para recibir tu polla. Empieza poniéndola boca abajo y masajeando su culo. Al principio, con suavidad, y luego con más fuerza en los glúteos.

Si alguna vez has recibido un masaje, entenderás la cantidad de tensión que esto puede liberar, relajando completamente los músculos a los que se dirige, así como los cercanos.

Acércate al ano y empieza a acariciarlo. No la penetres con los dedos, pero rodea la zona del recto y tócala ligeramente. Da y toma, empuja y tira; ve de un lado a otro entre su culo y su ano.

Paso 3: Cómele el culo

Como ella se ha duchado antes, no tendrás que preocuparte por ningún tipo de contaminación fecal al comerle el culo; sin embargo, si la idea te preocupa, puedes coger un envoltorio de plástico y utilizarlo como barrera entre su agujero del culo y tu lengua.

Empieza besando, lamiendo y chupando la parte baja de la espalda, las mejillas y la zona en la que el culo se une a los muslos. Muévete lentamente hacia el objetivo, dejando tiempo suficiente para que la anticipación crezca en ella. A medida que te acercas, empieza a rodearla y acércate cada vez más al objeto de interés. Recuerda que aún estás en la fase de preliminares, así que las bromas son fundamentales para aumentar su excitación y hacer que la experiencia sea lo más increíble posible para ella.

Ten en cuenta que nunca debes lamer desde el ano hasta la vagina, ya que ésta es extremadamente sensible a las bacterias externas y puede contraer una infección. El ano no se autolubrica, así que asegúrate de utilizar toda la saliva que puedas para minimizar la posibilidad de molestias.

Puedes continuar con los círculos o pasar a los ochos centrados en el centro del ano. Intenta separar sus mejillas para exponer aún más el ano a tus técnicas de rimming.

Paso 4: Prepárala para tu dedo

Cuando estés satisfecho con tu rimming, coge el lubricante y rocía una cantidad obscena en tu dedo. Todavía estamos creando tensión y no estamos penetrando. Por ahora, sólo debes acostumbrarla a la sensación de tu dedo cerca de su ano, así que de la misma manera que la has provocado con tu lengua, utiliza tu dedo lubricado.

Utiliza círculos o figuras de ochos lentamente alrededor del ano y avanzando hacia el centro en el transcurso de uno o dos minutos. A estas alturas, ella estará burbujeando de anticipación, esperando la primera penetración.

Paso 5: Penetración con los dedos

Por fin ha llegado el momento de penetrarla y, como has leído el resto de esta guía y no te has saltado hasta el final para ver el «cómo», sabes que vas a ir muy despacio y que vas a estar atento a cualquier señal de que a ella le duela o te pida que vayas más despacio o te detengas.

Pasar el ano es la parte más dolorosa, pero ya la has tranquilizado diciéndole que probablemente le dolerá al principio, pero que estarás a su lado y que estarás dispuesto a parar en cuanto te lo pida. Recuérdale que respire hondo y, con un dedo recién lubricado, comienza la penetración.

Tu dedo no va a imitar a un pene moviéndose hacia dentro y hacia fuera (eso sólo significaría repetir la parte más dolorosa una y otra vez), sino que va a entrar y, con un movimiento de «ven aquí», va a masajear el revestimiento que separa sus cavidades anal y vaginal. Estarás presionando las mismas zonas hipersensibles que si estuvieras en su vagina, y aquí es donde empezarás a llevarla al orgasmo.

(Tenemos un artículo dedicado exclusivamente al arte de la digitación anal. Es una gran idea leerlo como complemento a este artículo para que puedas ampliar aún más tus conocimientos sobre el juego anal)

Paso 6: Penetración con el pene

Cuando esté lista, coge el condón y el lubricante. Ponte duro, pon el condón y pon una cantidad ridícula de lubricante. Ahora duplícalo. Recuerda que la vagina es autolubricante, el ano no; si no tienes suficiente lubricante, le va a doler lo suficiente como para que se cierre para siempre a la idea.

Introduce la punta y espera. Introduce otro centímetro, y espera. Tienes que darle tiempo para que se aclimate a la sensación, así que continúa con esto hasta que llegues a un punto en el que no puedas entrar más sin que le duela. Es probable que no puedas meter toda la polla, y no pasa nada. Seguiré insistiendo en que tienes que escucharla, así que no tengas miedo de seguir añadiendo lubricante, y detente cuando ella te pida que pares.

Cuando se haya acostumbrado a la sensación de tu polla en su culo, puedes empezar a empujar. Sé suave al principio y sigue añadiendo lubricante. Con el tiempo podrás aumentar la fuerza de los empujes, pero recuerda que no es el lugar adecuado para el sexo duro.

La cavidad anal es frágil y no está hecha para ser golpeada de la misma manera que su homóloga vaginal. Mantén el ritmo que te resulte más cómodo para tu pareja.

Paso 7: Orgasmo

Es posible que ella no llegue al orgasmo la primera vez, y eso es perfectamente normal. Cuanto más practiquéis el sexo anal, más cómoda se sentirá ella, lo que significa que tú serás mejor para darle lo que le gusta; y más probable será que se corra.

Algunas chicas no son capaces de correrse sin la estimulación del clítoris, así que dile lo excitante que sería para ella tocarse a sí misma mientras la follas por detrás; esto podría llevarla al orgasmo más potente que jamás haya experimentado.

Paso 8: Siguiente nivel

Si tú y tu pareja tenéis éxito con el sexo anal y los orgasmos o estáis buscando lo que podría llevarla al límite del orgasmo, hay muchas otras posiciones y estilos de juego anal que podéis probar. Intenta la penetración anal desde el misionero, el perrito, la vaquera o cualquiera de tus posiciones vaginales favoritas.

Utiliza juguetes sexuales para estimular el clítoris, o para una experiencia de doble penetración, en la que tú le folles el coño mientras ella tiene algo en el culo, o fóllala por el culo mientras ella se folla a sí misma con un vibrador o un consolador.

Usa tu imaginación y diviértete probando estilos sexuales alternativos.

Conclusión

Ahora entiendes cómo llevar a una mujer al orgasmo más potente que jamás haya experimentado.

Si tuviera que destacar una técnica que puede hacer que una mujer se vuelva adicta a la sensación de tu polla, tendría que ser ésta: recuerda comunicarte, ir despacio y trabajar juntos en la experiencia.

Puede que os lleve varios intentos llegar a un punto en el que ambos os sintáis cómodos con esto, pero créeme, una vez que lo hagáis, y te conviertas en un maestro de los orgasmos anales, ella nunca pensará en dejarte porque sabe que NUNCA conocerá a otro hombre que pueda hacerla sentir como tú.