Pedir y dar el consentimiento es un paso esencial antes de iniciar cualquier actividad sexual. Varios canales de educación sexual han hablado de su importancia y de cómo garantiza la comodidad de ambas partes durante el acto.

El consentimiento también se ha convertido en un tema frecuente debido a los numerosos casos de acoso y agresión sexual contra figuras públicas populares, más conocidos como los movimientos #HijaAko y #MeToo.

Sin embargo, parece que la mayoría de la gente todavía no tiene una comprensión completa de lo que es el consentimiento. Algunos incluso consideran que el consentimiento es solo una «cosa de guerreros de la justicia social» y un «destructor del humor» durante el sexo.

Por ello, hemos creado esta breve guía en la que explicamos qué es el consentimiento, ejemplos de consentimiento entusiasta y los diez puntos vitales que debes conocer al respecto.

¿Qué es el consentimiento?

El consentimiento es un acuerdo entusiasta, claro y mutuo entre los participantes para llevar a cabo un acto sexual. Suele presentarse en forma de señales verbales y no verbales afirmativas, como las siguientes:

Señales verbales que demuestran el consentimiento

  • «Sí, me encantaría hacerlo»
  • «¡Sí!»
  • «Vale, vamos a hacerlo»
  • «¡Por supuesto!»
  • «¡Por supuesto, hagámoslo!»
  • «¡Seguro!»
  • «¡No te detengas! Sigue haciendo eso…»
  • «Me gusta mucho.»
  • «¡Sigue así!»
  • «¡Sí, sí, síss!»

Posibles señales no verbales que demuestran el consentimiento

  • Asentir con la cabeza
  • Contacto visual directo
  • Tocar activamente a su pareja
  • Sonreír o reírse
  • Acercando a su pareja
  • Tiene un lenguaje corporal «abierto»: relajado y suelto
  • Gemidos y gruñidos que implican placer

Sin embargo, ten en cuenta que las señales no verbales no son tan claras y específicas como el consentimiento verbal. Un lenguaje corporal positivo puede reflejar el consentimiento, pero no debes confiar únicamente en él para representarlo. Si tu pareja puede expresarse a través de las palabras, te sugerimos encarecidamente que llegues a un acuerdo verbal con ella.

Por otro lado, el no consentimiento puede tener el siguiente aspecto y sonido:

Señales verbales que muestran el no consentimiento

  • «¡No!»
  • «No estoy seguro»
  • «Lo siento, no me gusta eso»
  • «Para…»
  • «No quiero hacer esto más.»
  • «Terminemos aquí.»
  • «¡Ya he terminado!»
  • «Hagámoslo en otro momento, ¿de acuerdo?»
  • «No más de esto, por favor.»
  • «Te quiero, pero no me gusta hacer eso»

Posibles señales no verbales que demuestran que no hay consentimiento

  • Silencio
  • Evitar el contacto visual
  • Empujar a la pareja para que se aleje
  • Evitar el contacto
  • Sacudir la cabeza
  • Llorar durante el acto
  • Parecer temeroso
  • No participar en el acto; simplemente estar tumbado
  • Apretando los brazos alrededor del cuerpo

Si tu pareja ha mostrado alguna de las señales verbales y no verbales anteriores, detén la actividad inmediatamente. Esto sólo significa que no quiere participar o continuar con el acto, y como pareja responsable, debes respetar sus límites y su decisión de no seguir adelante.

Establecer el consentimiento no sólo sirve para que todas las partes se sientan cómodas y entusiasmadas con el acto, sino que también les ayuda a entender y respetar los límites del otro. No es sólo una cuestión moral, sino también legal. Nuestras leyes existen para proteger nuestros derechos, uno de los cuales es el derecho a nuestro propio cuerpo.

Así que si alguien obliga a su pareja a participar en un acto sexual sin su consentimiento, esa persona puede ser demandada por agresión sexual. No sólo es un delito, sino que la agresión sexual puede dejar un trauma duradero en las víctimas. Por eso el consentimiento es vital en toda relación sexual.

Lo que hay que saber sobre el consentimiento sexual

Establecer el consentimiento es la clave de unas relaciones sexuales sanas. Al respetar los límites de tu pareja, estás consolidando la confianza que ambos tienen en el otro. Por ello, aquí tienes las diez cosas que todo el mundo debería saber sobre el consentimiento.

1. El consentimiento debe darse libremente.

Como hemos mencionado antes, el consentimiento debe ser voluntario y entusiasta. Si la persona es forzada, amenazada, chantajeada o manipulada para decir que sí en un acto sexual, el consentimiento dado no es válido, y la persona está realmente coaccionada sexualmente.

2. El consentimiento es específico.

Algunas personas piensan que obtener el consentimiento es un billete único para todas las actividades íntimas. Para dar una idea más clara de esta idea errónea, he aquí un ejemplo de escenario:

Un chico tiene una segunda cita con una mujer que ha conocido en una aplicación de citas. Están en el coche, justo en la puerta del apartamento de su cita. Él le pide un beso. Ella dijo que sí y se lanzó. Mientras se besaban, él empezó a poner sus manos justo en la falda de ella, y luego empezó a poner su mano en la ropa interior de su cita. La mujer se detuvo y le apartó la mano de la ropa interior. «¿Por qué me tocas ahí abajo? Acabo de acceder a enrollarme contigo» Inmediatamente abrió la puerta del coche y dejó al chico atónito.

El escenario anterior es un ejemplo de una persona que no entiende completamente el consentimiento. Verás, el consentimiento es específico. Cuando alguien está de acuerdo con un acto íntimo, eso no significa que puedas hacer lo que quieras. Así que si alguien está de acuerdo en enrollarse contigo, no des por sentado que está de acuerdo con que le toques el cuerpo, tengas sexo con él o algo parecido: pregunta siempre primero.

3. El consentimiento es reversible.

Otro concepto erróneo sobre el consentimiento sexual es que una vez que la persona ha dicho que sí a un acto concreto, no tiene más remedio que seguir haciéndolo, aunque ya le resulte incómodo.

Toda persona se reserva el derecho a cambiar de opinión. Una vez que la persona ha retirado su consentimiento a través de palabras o señales no verbales, la actividad sexual debe cesar inmediatamente, y su pareja debe respetar su decisión de terminar.

4. Las parejas deben seguir dando su consentimiento.

Tanto si estás en la etapa de noviazgo como si estás casado, el consentimiento sigue siendo esencial a la hora de realizar actos sexuales. Estar en una relación no equivale a dar el consentimiento. Así que si quieres tener relaciones sexuales con tu pareja, no empieces a tocarla y desvestirla sin más. Es mejor que le preguntes en tono de broma si está de acuerdo con el acto.

Si tú y tu pareja sois partidarios de los abrazos sorpresa, los besos y los tocamientos sensuales, podéis hacerlo sin faltar a los límites del otro, sólo tienes que hablarlo de antemano.

5. Las personas menores de edad, borrachas o drogadas no pueden dar su consentimiento.

El consentimiento debe darlo una persona que sea mental y físicamente capaz de hacerlo. Ciertos factores y situaciones pueden hacer que una persona no pueda dar su consentimiento legalmente, ya que la ley la considera incapaz de elegir si quiere participar en un acto sexual.

Esto significa que, aunque la persona reciba señales verbales y no verbales afirmativas de su pareja, si ésta es considerada incapaz de dar su consentimiento, la actividad sexual puede considerarse legalmente como una agresión sexual o una violación.

Por ejemplo, si alguien está borracho o drogado durante el acto, se le considera incapaz de dar su consentimiento a su pareja.

Junto con el nivel de intoxicación, la edad es también otro factor para determinar si alguien puede dar su consentimiento o no.

6. Respuestas fisiológicas como la erección o la lubricación vaginal no significan consentimiento.

En contra de la creencia popular, la forma en que nuestro cuerpo responde durante un acto sexual puede estar totalmente fuera de nuestro control. Los signos de excitación, como la erección, la lubricación vaginal y el orgasmo, son involuntarios.

Dicho esto, las respuestas fisiológicas no se consideran consentimiento. Aunque el cuerpo de una persona muestre signos de excitación, si no ha dado su consentimiento, la actividad no es consentida y se considera una agresión sexual.

7. No puedes suponer el consentimiento.

Nunca supongas, insinúes o adivines que tienes el consentimiento sexual de alguien. Incluso si esa persona es tu pareja de toda la vida, un amigo con beneficios o alguien liberado sexualmente, no puedes dar por sentado que va a decir que sí al sexo. La clave es preguntar primero a la persona

8. Pedir el consentimiento puede ser una parte divertida del acto

Como hemos mencionado al principio de esta guía, algunas personas piensan que pedir el consentimiento es un «malestar» durante el acto. Algunas personas piensan que el sexo debe ser espontáneo y que parar a mitad de la acción para obtener el consentimiento sólo hará que las cosas sean «raras»

La cuestión es que pedir el consentimiento no tiene que ser necesariamente formal. Tampoco es necesario pedir el consentimiento durante el acto; sugerimos hablar de los actos y límites preferidos de cada uno de antemano. Esto reducirá el factor «incómodo» a la hora de pedir el consentimiento sexual a la pareja.

También puedes incorporar bromas sensuales y preguntas sensuales. Por eso, aquí tienes algunas preguntas sensuales que puedes utilizar para pedir el consentimiento de tu pareja.

  • «¿Puedo besar esos dulces labios?»
  • «¿Quieres que te ayude a bajar la cremallera?»
  • «¿Te parece bien que te toque ahí abajo?»
  • «¿Quieres que me ponga un condón?»
  • «¿Puedo probar tu dulce néctar?»
  • «¿Puedo metérmelo en la boca?»
  • «¿Hasta dónde quieres llegar?»
  • «¿Puedo bajar sobre ti?»
  • «¿Quieres probar algo nuevo?»
  • «Me encanta cuando (inserta el acto sexual aquí). ¿Podemos repetirlo esta noche?»

9. El consentimiento sigue siendo vital en el espacio digital.

Otro concepto erróneo sobre el consentimiento sexual es que sólo es necesario en el sexo real. Sin embargo, no es así, ya que también es necesario pedir el consentimiento cuando se realizan actos sensuales en línea.

Por ejemplo, si quieres empezar a enviar mensajes de texto y desnudos a tu pareja, es mejor que le preguntes primero y compruebes si está de humor o en el ambiente adecuado para ver tus fotos.

10. Dar y pedir el consentimiento debe practicarse en situaciones cotidianas.

Aunque en esta guía se ha hablado principalmente del consentimiento en un contexto sexual, también nos gustaría recordarte que pedir y dar el consentimiento también es esencial en situaciones cotidianas. Si vas a involucrar a alguien en alguna actividad concreta, es importante que le pidas permiso.

Por ejemplo, si quieres abrazar o tocar a alguien, es mejor que se lo preguntes primero; un simple «¿Te parece bien que te abrace/tome tu mano/ponga tu brazo alrededor?» será suficiente.

El consentimiento también es necesario cuando se comparte la historia de otra persona. Si vas a compartir la experiencia de un amigo con otra persona, pregúntale primero antes de darle la información. Algunas personas prefieren mantener las cosas en privado, mientras que otras son más abiertas.

Conclusión

Al llegar al final de esta guía, nos gustaría recordarte que tú tienes la última palabra sobre lo que ocurre con tu cuerpo. Es tu prerrogativa cuándo decir sí y cuándo decir no a un acto sexual.

No importa si te has enrollado con regularidad o si has acordado los términos antes; si no te sientes cómodo con el acto, puedes dejar de hacerlo, y tu pareja debe respetarlo.

En cuanto a las personas que han experimentado la violación de su consentimiento, te recordamos que no estás solo. No tienes que sufrir en silencio, ya que alguien está dispuesto a ayudarte a superar esto. Por favor, busca el apoyo de tus amigos, familiares y profesionales de la salud mental